COMPORTAMIENTO DE MACRI, LA HISTORIA DE UN ATORRANTE

17/10/2019

Se escuchan muchos análisis muy complejos sobre la personalidad del presidente Macri y a partir de allí sus acciones. Creo que es muy sencillo entenderlo y con ese entendimiento poder explicar sus acciones, el saber que voy a utilizar es un saber muy popular, de mi barrio y de muchos barrios, las personas así se definen como ATORRANTES.
Macri es un atorrante y podríamos mostrarlo con muchos ejemplos, pero voy a analizar uno solo: Macri nos dijo antes de su mandato, en campaña, que iba a bajar la inflación y la forma de asegurarlo fue poniendo en juego SU PALABRA, nos dijo con seguridad que si no bajaba la inflación él se iba a hacer cargo, él sería el responsable de todo. Esta es una forma que utilizamos en los barrios para asegurar conductas futuras, para cerrar acuerdos sin firmas de papeles, son acuerdos que se apoyan en LA PALABRA, en los barrios nos conocemos y sabemos con quienes podemos cerrar acuerdos de palabra y con quienes no, el pueblo argentino cerró un acuerdo de palabra con un atorrante y ese atorrante los embaucó (uso esa palabra para no poner la que usamos en el barrio).
Si un conocido me pide prestada una caña de pescar yo me tengo que asegurar que me la va a devolver en buenas condiciones y no se acostumbra firmar contratos para ello, entonces ese acuerdo se podría cerrar si el que me pide la caña me dice “vos prestámela tranquilo, te doy mi palabra de que si le pasa algo yo te compro otra o te la arreglo a nuevo” y con eso cerramos el acuerdo entre amigos o conocidos, pero si el que pide la caña es un ATORRANTE, como Macri, luego volverá con la caña rota y buscará excusas para no hacerse cargo, me dirá “la caña se rompió porque no era buena”, “yo no sabía que había peces tan grandes, no es mi culpa”, “tu caña se rompió sola porque era una porquería” y otras tantas excusas que podrían ser ciertas pero no son considerables porque estaba de por medio la palabra de que él se haría cargo ante todo, así actúan los atorrantes que conocemos y en realidad, en ese caso, si lo sabíamos atorrante, no se la hubiéramos prestado.
Lo mismo nos ocurrió a los argentinos con Macri, muchos no sabían que era un ATORRANTE y confiamos en su palabra, de esa forma le prestamos el gobierno, porque nos dijo “les aseguro que voy a bajar la inflación y si no lo hago yo me hago cargo de todo, yo voy a ser el responsable”. Pues bien, hoy vuelve con la inflación duplicada o triplicada, le pedimos que cumpla con su palabra y se haga cargo, que reconozca que es el responsable y nos pone excusas, como el que nos rompió la caña, “la inflación no bajó porque no nos acompañaron desde la oposición, no la pudimos bajar porque por herencia del Kirchnerismo los inversores no nos tuvieron confianza” y la peor de todas las explicaciones que nos dio “veníamos bajando muy bien la inflación y por culpa del pueblo que no nos votó en las PASO, la inflación volvió a subir”.
Confiamos en la palabra de un ATORRANTE y hoy nos quedamos con la caña rota y ni podremos conseguir pescados para comer, pero el ATORRANTE no registra lo que hace, está convencido de que su PALABRA vale, vuelve a pedirnos otra caña y nos vuelve a asegurar que ahora si la va a cuidar, porque ya ESCUCHÓ como se cuida una caña y nos pide confianza para seguir gobernando por 4 años más.
El pueblo argentino sabe sobre los personajes atorrantes y puede ser engañado una sola vez, pero nunca más le va a prestar una caña a alguien luego de descubrir que es un ATORRANTE, salvo algunos, que nunca entendieron nada y cualquiera los puede engañar, varias veces, son esas personas que permiten que los ATORRANTES subsistan con esa forma de vida.
Víctor Hutt

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