TRABAJO PRÁCTICO N°3
ESCUELA: ESA N°12 “25 de Junio”
Curso: 3ro D
Alumno/a:
Profesor: Patricia Ruiz García
Año Lectivo: 2020
Historia Argentina
Después de haber trabajado con la primera etapa de la historia Argentina hasta 1820, donde lo que entonces, aun no era la Republica Argentina, tal y como la conocemos hoy en dia; era un territorio que intentaba ser gobernado por diversas facciones políticas, que lo llevaron a la casi anarquía, por la falta de Gobierno Central, ya que hasta llego la desaparición de los Directorios Supremos; este territorio que eran por aquel entonces las Provincias Unidas del Rio de la Plata; buscaron el gobierno y el desarrollo económico, la vida cultural, la vida cotidiana, todo fue marcando un ritmo de época, en búsqueda de la Constitución Nacional y en consecuencia de la organización del un país. Una vez producida la misma, aun se tardaron varios años para llegar a lo que hoy en día es nuestro país porque aun faltaban incorporar ciertos espacios que quedaban en manos de nuestros habitantes autóctonos.
Vamos a estudiar las diversas etapas de la Historia Argentina, de forma resumida; y como actividad; luego de la lectura; van a:
ACTIVIDAD:
Confeccionar una red o línea de tiempo que contenga las diversas etapas de la historia que conforman el proceso de organización nacional. (la línea de tiempo debe ser confeccionada a mano, en hojas de carpeta, pegando varias hojas, se puede armar la línea de tiempo)
Material de Estudio:
Independencia (1810-1820)
Las invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y
que no podía ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias. La
ocupación francesa de España por Napoleón, la captura de del Rey Carlos IV y su
hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla decidieron a los
criollos a actuar. El 25 de mayo de 1810 se formó la Primera Junta de gobierno
presidida por Cornelio Saavedra, que puso fin al período virreinal. Mariano
Moreno, secretario de la Junta, llevó adelante una política revolucionaria
tendiente a fomentar el libre comercio y a sentar las bases para una futura
independencia.
Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se suceden los gobiernos (Primera Junta (1810), Junta Grande (1811), Triunviratos (1811-1814) y el Directorio (1814-1820) que no pueden consolidar su poder y deben hacer frente a la guerra contra España. En esta lucha se destacaron Manuel Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de Güemes. Las campañas sanmartinianas terminaron, tras liberar a Chile, con el centro del poder español de Lima. El 9 de julio de 1816 un congreso de diputados de las Provincias Unidas proclamó la independencia y en 1819 dictó una constitución centralista que despertó el enojo de las provincias, celosas de su autonomía.
Era de Rivadavia (1820-1829)
A partir de 1819 en el país se fueron definiendo claramente dos tendencias
políticas: los federales, partidarios de las autonomías provinciales, y los
unitarios, partidarios del poder central de Buenos Aires. Estas disputas
políticas desembocaron en una larga guerra civil cuyo primer episodio fue la
batalla de Cepeda en febrero de 1820, cuando los caudillos federales de Santa
Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos, Francisco Ramírez, derrocaron al
directorio. A partir de entonces, cada provincia se gobernó por su cuenta. La
principal beneficiada por la situación fue Buenos Aires, la provincia más
rica, que retuvo para sí las rentas de la Aduana y los negocios del puerto.
Época de Rosas (1829-1852)
En 1829 uno de los estancieros más poderosos de la provincia, Juan Manuel de
Rosas, asumió la gobernación de Buenos Aires y ejerció una enorme influencia
sobre todo el país. A partir de entonces y hasta su caída en 1852, retuvo el
poder en forma autoritaria, persiguiendo duramente a sus opositores y
censurando a la prensa, aunque contando con el apoyo de amplios sectores del
pueblo y de las clases altas porteñas. Durante el rosismo creció enormemente la
actividad ganadera bonaerense, las exportaciones y algunas industrias del interior
que fueron protegidas gracias a la Ley de Aduanas. Rosas se opuso a la
organización nacional y a la sanción de una constitución, porque ello hubiera
significado el reparto de las rentas aduaneras al resto del país y la pérdida
de la hegemonía porteña.
Buenos Aires y la Confederación (1852-1862)
Justo José de Urquiza era gobernador de Entre Ríos, una provincia productora de
ganado como Buenos Aires que se veía seriamente perjudicada por la política de
Rosas, que no permitía la libre navegación de los ríos y frenaba el comercio y
el desarrollo provinciales. En 1851, Urquiza se pronunció contra Rosas y formó,
con ayuda brasileña, el Ejercito Grande con el que derrotó definitivamente a
Rosas en Caseros el 3 de febrero de 1852. Urquiza convocó a un Congreso
Constituyente en Santa Fe que en mayo de 1853 sancionó la Constitución
Nacional. Pero aunque ya no estaba Rosas, los intereses de la clase alta
porteña seguían siendo los mismos y Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina dieron un
golpe de estado, conocido como la «Revolución del 11 de Septiembre de 1852». A
partir de entonces, el país quedó por casi diez años dividido en dos: el Estado
de Buenos Aires y la Confederación (el resto de las provincias con capital en
Paraná). La separación duró casi diez años, hasta que en septiembre de 1861, el
líder porteño Bartolomé Mitre derrotó a Urquiza en Pavón y unificó al país bajo
la tutela porteña.
Organización nacional (1862-1880)
Luego de la batalla de Pavón se sucedieron los gobiernos de Bartolomé Mitre
(1862-68), Domingo F. Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-1880),
quienes concretaron la derrota de las oposiciones del interior, la ocupación
del todo el territorio nacional y la organización institucional del país
fomentando la educación, la agricultura, las comunicaciones, los transportes,
la inmigración y la incorporación de la Argentina al mercado mundial como
proveedora de materias primas y compradora de manufacturas.
República liberal (1880-1916)
En 1880 llegó al poder el general Julio A. Roca, quien consolidó el modelo
económico agroexportador y el modelo político conservador basado en el fraude
electoral y la exclusión de la mayoría de la población de la vida política. Se
incrementaron notablemente las inversiones inglesas en bancos, frigoríficos y
ferrocarriles y creció nuestra deuda externa. En 1890 se produjo una grave
crisis financiera en la que se cristalizaron distintas oposiciones al régimen
gobernante. Por el lado político, la Unión Cívica Radical luchaba por la
limpieza electoral y contra la corrupción, mientras que, por el lado social, el
movimiento obrero peleaba por la dignidad de los trabajadores desde los gremios
socialistas y anarquistas.
La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el creciente descontento social, expresado por innumerables huelgas, llevaron a un sector de la clase dominante a impulsar una reforma electoral para calmar los ánimos y trasladar la discusión política de las calles al parlamento. En 1912, el presidente Roque Sáenz Peña logró la sanción de la ley que lleva su nombre y que estableció el voto secreto y obligatorio.