Actividades para dos cursos, FEC de 1ro A e Historia de 3ro B, ponemos los archivos que envió el profe y más abajo descargamos el contenido para los que tuvieron problemas de descarga
Formación Ética y Ciudadana de 1ro A
Enfermedades, industria farmacéutica, propaganda y contaminación ambiental.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gripe estacional o influenza mata en el mundo a unas 650 mil personas por año, a razón de 1780 por día. Si bien el COVID-19 (Coronavirus), que en tres meses mató a más de 11 mil individuos, unos 120 por día aproximadamente, y aunque no haya una cura a corto plazo, deja en evidencia la manipulación de los medios de comunicación, en complicidad con la industria farmacéutica, para generar pánico y miedo en la población, pues con este mecanismo se induce a las personas a quedarse en sus casas mirando TV, obedeciendo todo lo que le dicen los panelistas y consumiendo los productos que aparecen en las pautas publicitarias.
Hay que estar informados, solo por los especialistas y no por los conductores, que no son expertos. Ellos solo venden los productos (pánico y miedo) pues a eso se dedican.
En el 2009 pasó algo parecido con la Gripe A (H1N1), murieron alrededor de 18 mil personas en un año, los medios de comunicación crearon terror de carácter apocalíptico, con el fin de que las farmacéuticas vendan el stock millonario de vacunas que le habían sobrado de la Gripe Aviar (H5N1) del 2004 antes de que se les venciera.
La humanidad no va a desaparecer, pues los empresarios necesitan de consumidores obedientes para seguir acumulando riquezas. Sin embargo, si algún día desaparecemos no hay que alarmarse porque es natural que las especies dejen de existir.
No somos especiales, la vida en el planeta no nos necesita, evoluciona desde hace millones de años y nosotros la habitamos hace solo unos 300 mil. Solo somos “un estornudo” para la historia de la Tierra.
El capitalismo ya le hizo muchísimo daño al ecosistema. No nos creamos superiores, somos animales muy destructivos.
Pero, si tenemos que seguir existiendo, y no queremos vivir en un mundo en ruinas, tenemos que pensar y reflexionar mucho cuál es nuestro papel en la Tierra, estar tranquilos y bien informados, cuidando y siendo empático con la naturaleza.
Actividad:
Tras la lectura del texto mira los siguientes videos en el siguiente enlace:
Luego de mirar los videos reflexiona y responde con la ayuda del texto.
- ¿Qué piensas sobre lo que plantea el texto y el video sobre la industria farmacéutica?
- ¿Qué piensas sobre el papel de los medios de comunicación en la sociedad?
- ¿Qué piensas sobre lo que plantea el video de la película “Matrix” donde sostiene que los humanos somos un virus?
Historia de 3ro B
Juan Manuel de Rosas y la construcción del Estado argentino.
Juan Manuel de Rosas era un hombre poco aficionado a las revueltas, sobre todo a las ajenas. Era un hombre de orden. O mejor dicho, llamado a poner orden, que no es lo mismo. Aunque, en última instancia, debía su lugar a la revolución de 1810, simpatizaba muy poco con sus festejos. Esas fiestas cívicas (así se llamaban) eran el escenario en donde el pueblo que él debía domar se largaba a la calle a recordar un levantamiento popular contra las autoridades, las leyes, los dueños de las grandes fortunas y todo lo que se creía sagrado. Un recuerdo ciertamente peligroso.
Por eso, el Restaurador de las Leyes decidió impulsar otro festejo, que compitiese con el que no podía desterrar. Nace así el 9 de julio como la otra fecha suprema (que hasta entonces, tenía un lugar menor). Poco importaba que ese congreso hubiera representado sólo a unas pocas provincias en medio de una guerra civil. Tampoco que ese congreso hubiese fracasado en imponer una Constitución (la de 1819). Era necesaria una nueva fecha y punto.
Es que la Independencia tenía (y tiene hoy día) una serie de ventajas invaluables para los hombres del orden. No hay tumultos, no hay violencias, no hay gente en la calle ni enemigos a la vista. Los cambios aparecen como la consecuencia de la reunión y el amigable consenso de hombres de riqueza y buena familia. Puede haber diferencias, pero se solucionan conversando. La conclusión es que, para realizar grandes cambios, no hay que salir a la calle, basta con confiar en los “representantes” (políticos), que casualmente suelen pertenecer a la clase acomodada, y que todo se arregla sentándonos en una mesa.
La Argentina, tal como la conocemos, no nace ni en 1810 ni en 1816. Nadie se concebía “argentino”, la unión de las provincias no estaba asegurada, ni la forma en que se llevaría a cabo. Muchas provincias que fueron parte del Congreso de 1816 luego no fueron parte de la Argentina (lo que hoy es Bolivia y lo que hoy es Uruguay). Pero más allá de los detalles, estaban construyendo una nueva entidad: una nación y su correspondiente Estado.
Esto quiere decir que hay dos preguntas que responder. La primera, ¿quiénes dirigieron el proceso revolucionario? La segunda, ¿cómo y para qué lo hicieron?
Vamos a la primera, entonces. La pregunta quiénes no se refiere a los nombres propios. Sabemos quiénes son. La pregunta, demos un paso más: ¿Propietarios de qué? De campos y vacas, la mayoría. Es decir, en sus tierras se producen cueros, carne o trigo. O más bien, otros los producen. Los peones o jornaleros. Esos son los que producen, aunque de eso vean unos pocos pesos a cambio de un salario. Entonces, quienes acaparan la propiedad de los medios de producción (tierras, vacas, carretas) son lo que llamamos “burgueses”, los empresarios. Otros son comerciantes, que son otra parte de la clase burguesa, los que consiguen que eso que los peones producen se convierta en dinero. Entonces, quienes se organizan, quienes dirigen las acciones, son burgueses.
¿Por qué atacaron al imperio español? Porque el sistema colonial comenzó a interferir con sus ganancias. El monopolio los obligaba a vender y comprar con comerciantes habilitados. La mayoría de los impuestos que les cobraban se embarcaban a España. Se les impedía vender y comprar tierras libremente. La Iglesia y el rey ostentaban jugosas tierras que la Corona española defendía. La mayoría de los pueblos indígenas tenía tierras colectivas que la burguesía quería comercializar.
Vamos entonces a la segunda pregunta, ¿qué querían construir? Como dijimos, una nación. ¿Y eso qué es? No es una unidad cultural, ni étnica, ni siquiera una voluntad general, porque no se le preguntó a nadie si quería pertenecer o no. Eso se solucionó por las armas. La nación es el espacio donde la burguesía ejerce su dominio. Y debe defenderlo de mucha gente. Primero, de sus anteriores dueños: la nobleza española. Segundo, de otras burguesías: la portuguesa (luego brasileña), la inglesa (recordemos las Invasiones Inglesas) y, también, las americanas. Tercero, de las clases subalternas (peones, negros, esclavos, pueblos indígenas). Con estas últimas tenía un conflicto: para tomar el poder, hacía falta su colaboración en el ejército. Es decir, había que convocar a esta gente, a los pobres, a construir aquello que no iba a disfrutar.
Nos queda una sola pregunta: el cómo. ¿Todo se redujo a un consenso, a un intercambio de ideas fruto de diferentes doctrinas? No parece. Esas reuniones en ese salón tan majestuoso estaban rodeadas de violencia. Violencia contra los españoles. La violencia de seis años de guerra y la que se organizaba para contraatacar el avance del norte y en Chile. Pero también violencia contra los que no podían ser parte (ya se sabe: peones, negros, indígenas). Los diputados fueron elegidos por una minoría. Por ejemplo, en Buenos Aires, una ciudad con 40 mil personas, el elector más votado logró 176 votos. Esos electores luego votaban a los diputados en una reunión donde el voto no era secreto. En muchos casos, hubo que dispersar con la fuerza a grupos que intentaban participar de los comicios. Solos los hombres ricos (burgueses) votaban.
Como vemos, se jugaba la construcción de una nación. No importaba, por el momento, el nombre. Había problemas mucho más apremiantes, como mantener la dirección del proceso político. El proceso fue largo y derivó en una construcción nacional, que lleva la marca de la clase social (la burguesía) que la dirigió y la llevó hasta donde hoy estamos. La Argentina, como cualquier nación, no fue hecha por todos ni para todos.
Actividad:
Tras la lectura del texto mira el video y reflexiona.
Luego de mirar el video reflexiona y responde con la ayuda del texto.
- ¿Crees que se parece en ciertos aspectos a la realidad actual? Justifica.
- ¿Qué piensas de la clase política que gobierna nuestro país ya sean municipios, provincias o el país? Justifica
- A partir de tus conocimientos previos ¿qué entiendes por “independencia”?
Si la mayoría de la población no es adinerada ¿por qué crees que siempre las personas eligen a gobernantes ricos?