04/12/2018
Al finalizar el mes de noviembre de 2018 se anuncia como un
logro de este gobierno que la inflación se ubicará alrededor del 2,7 %, con un
acumulado anual que supera el 43 % y que se proyecta que al finalizar el año
supere el 46 %.
Sobre este hecho tenemos que analizar varias cosas para no caer en análisis
simplistas que nos pretenden imponer desde las usinas de desinformación que sostienen
a este gobierno, que nos muestran una realidad deformada y nos esconden
criterios de análisis.
Debemos tener claro que esta inflación del 2,7 % mensual, esta inflación que ha
bajado, no deja de ser superior a la peor inflación mensual del gobierno
anterior, siendo este tema uno de los temas por lo que más se lo criticó. Solo
podemos hablar de una disminución en la inflación si la comparamos con los
porcentajes producidos por este gobierno, que llegó al 6,4 % en el mes de
septiembre, podemos decir que luego del caos inflacionario que produjeron, este
desastroso 2,7 % se presenta como una mejora, pero de todas formas sigue siendo
superior a los registros de 4 o 5 meses de este año, que sigue siendo mucho más
alto que los primeros meses del año en que la inflación ya era alta y visto de
esta forma, sigue siendo una inflación altísima. Para tomar dimensión de lo que
significa esta inflación mensual, tenemos que decir que ese 2,7 %, si se
repitiera durante 12 meses, arrojaría una inflación anual del 38 %, por su
efecto acumulativo, por lo que debemos entender que sigue siendo alarmante, que
no significa ningún control de la inflación.
Supongamos ahora que esa baja de la inflación marque una tendencia bajista del
porcentaje y se llegue a niveles que puedan ser aceptables, tampoco implicaría
una mejora visto desde los trabajadores, porque el efecto planificado desde el
gobierno de la oligarquía ya fue logrado, el objetivo del gobierno, expuesto en
lugares alejados de la campaña electoral, fue bajar los costos laborales, que
implica, para decirlo con claridad, bajar el nivel de vida de los trabajadores,
empobrecer a los trabajadores. Este objetivo tuvo una primera cuota de
cumplimiento en el año 2016, en el cual los salarios perdieron alrededor del 10
% respecto a la inflación y en este 2018 logró una baja definitiva del poder
adquisitivo de alrededor del 20 %, con lo que podemos decir que este gobierno
concretó una pérdida del poder adquisitivo del salario de al menos 25 % en los
tres años que lleva de gobierno.
Si a partir de ahora se produce un control inflacionario, una estabilidad
económica, esa estabilidad se dará con una pérdida del 25 % de ingresos reales
de los trabajadores, incluso en un año electoral es posible que se vea alguna
mejora, pero esa posible mejora mantendrá a los trabajadores por debajo del
nivel de vida que teníamos antes de que este gobierno se haga cargo de la
economía.
Otros indicadores a tener en cuenta, que también son muy preocupantes, son los
aumentos de dólar, tarifas y combustibles, que sufrieron aumentos muy
superiores a la inflación, si observamos que los combustibles aumentaron un 70
% y la inflación es del 46 %, significa que la industria, fundamentalmente las
PYMES también han disminuido su nivel de ingresos y esto es lo que ha generado
la destrucción del circuito económico, lo mismo sucede con las tarifas o con
los insumos en dólares, esto genera menores ingresos y en muchos casos cierres
y despidos.
Nos presentan como una gran solución el plan de secar de pesos el mercado para
que no suba el dólar, para que no suba la inflación, el plan concretado hasta
aquí ha sido lo que se denomina enfriamiento de la economía y esta es una vieja
receta para disminuir la inflación, que funciona, pero el costo se paga en la
vida, enfriar la economía significa que los trabajadores no accedamos a los
bienes de consumo que necesitamos para cubrir las necesidades, significa que
desaparecen las posibilidades laborales para quienes no la tienen, significa
empobrecernos para que disminuya la demanda y de esa forma no aumenten los
precios, es la peor receta económica que podría aplicar el neoliberalismo, es
la receta que solo es capaz de aplicar un gobierno al que no le importa el
pueblo trabajador.
Lo que viene dependerá de los trabajadores, podemos seguir empobreciéndonos,
porque este gobierno seguramente irá por mayores pérdidas de ingresos de los
trabajadores, podremos dejar de perder ingresos y mantenernos en el nivel de
empobrecimiento ya alcanzado o podremos optar por un gobierno que reactive la economía,
que nos devuelva el nivel de ingresos, que nos permita nuevamente obtener
aumentos salariales por encima de la inflación.
Finalmente tenemos que tener claro que los problemas económicos que tenemos no
son el resultado de una crisis, más allá que podamos percibir impericias, lo
que vemos es el producto de un plan, el plan de este gobierno es bajar los
ingresos de los trabajadores y de los pequeños empresarios para así subir la
acumulación de riquezas de la oligarquía, de los grandes empresarios, de las
multinacionales y de los especuladores financieros, cumplieron el objetivo y
seguramente irán por más, el capitalismo siempre va por más ganancias, la copa
nunca derrama, siempre pueden conseguir una copa más grande.
Víctor Hutt
No economista, trabajador que interpreta la economía desde la clase
trabajadora, trabajador de la educación