Materia: Lengua y Literatura
Cursos: 1º A y C
Docente: Daniela Elisa Evequoz
Actividad de comprensión lectora
¿Cómo sé que comprendo lo que leo?
1-Hacé una lectura atenta y global del siguiente texto.
La mujer en los grandes focos culturales de México y Perú. Dos Posturas: Anacaona y Malinche. Mirta Aguirre
“Como se sabe, pueden ocurrir dos cosas cuando dos culturas chocan: que la inferior se enquiste en sí misma, resista y sea destrozada, o que se produzca un estado de tensión que se resuelva en un proceso de asimilación de la cultura menos adelantada por la más adelantada.
Contra el primer costado del problema, sangre y violencia, esclavización, imperio de la fuerza bruta, ímpetus destructores que son la sombra trágica de la Conquista, es que Anaconda, la princesa de La Española, se yergue, para onra suya y de todo su sexo, muriendo en aras de la repulsa india a la dominación hispánica. En la casa opuesta, Malintzin, la indígena que Cortés recibe en Tabasco entre otros esclavos, es quien tiende, sobre el bárbaro enfrentamiento del español y la mujer americana, el primer puente unificador. Malinche es el primer gesto cordial, de acercamiento entre el Viejo y el Nuevo Mundo; la primera gran historia de amor de nuestra historia. Cuando Cortés la abraza, se consagra el mestizaje americano: nace Iberoamérica, hecha de trigo y de maíz a un tiempo.
Hay en estas dos mujeres características que ameritan un análisis, siquiera sea somero, Anacaona es un exponente de los grupos indígenas menos significativos culturalmente en América; Malintzin encarna los rencores y los divisionismos que en México, como en Perú, fueron, acaso, los verdaderos conquistadores. Para Anacaona, Nicolás de Ovando era el enemigo del bien querido Coanabé, para Malintzin, Don Hernán era el contrincante del detestado rey azteca. Anacaona, según Oviedo, era “gran señora” y “la mujer más principal de esta isla de su tiempo” –no se hacía más que lo que ella mandaba-, dice: “era absoluta señora y muy acatada por los indios” y “temida por sus gentes y vasallos”; Malintzin es entregada graciosamente a un soldado de Cortés por los tabasqueños, como un presente amistoso.
Muchas indias resistieron y muchas cedieron, al producirse en América el sonoro eco de las armaduras hispánicas. Si Anacaona merece especial atención es por haber sido una mujer con responsabilidad y con mando y por haberse producido en su caso en La Española, el lugar –único territorio americano cuya conquista es iniciada bajo la directa supervisión de Colón –en que se origina el primer choque sangriento entre las dos corrientes que habían de enfrentarse en el Nuevo Mundo. Es ella en la historia iberoamericana, la primera mujer significativa que se yergue contra los españoles, pagando al precio de su vida el orgulloso amor a la libertad.
Doña Marina, cediendo y amando, no tuvo la silueta heroica de Anacaona. Pero se anticipó a esa realidad que hoy nos hace defender nuestro acervo hispánico tanto como nuestra hermosa tradición cultural indígena. Anacaona nos es orgullo legítimo porque no había de valernos menos en las venas la fibra bravía de la abuela india que la sangre desmeñadora del abuelo hispano. Pero si Anacaona rechaza y perece, Malinche vive y asimila. Y hace asimilar. Y de todo eso, de la aceptación tanto como de la repulsa, está hecho el barro humano en que nos hemos modelado.
Cortés y Malinche u otros. Da la mismo. No son un español que subyuga y una india que traiciona a los suyos: son el Adán y la Eva iberoamericanos. Y no importa lo que pensasen, lo que quisiesen. Los que sólo creían venir a enriquecerse en Las Indias, aventureros, deudores, licenciados de presidio, desesperados y trepadores de toda laya, fueron a su pesar padres de pueblos y figuras épicas. Cortés no era Cortés, era también un Mío Cid que en lugar de reconquistar conquistaba. Y conquistar –recordémoslo- es ganar por la fuerza de las armas, pero es también atraer, seducir, hacer que la voluntad ajena se rinda de buen grado: enamorar.
De cualquier modo, júzguesele como se le juzgue, Doña Malinche, intérprete y guía de Cortés tanto en lo que se refiere a la lengua como a la intención política y guerrera, es figura imposible de ignorar en la historia de Iberoamérica. Por ella, en México, aprende el conquistador la geografía y el espíritu del territorio a dominar. Por ella puede aprovecharse de las divisiones internas del país. “Cortés –dice Alfonso Reyes- tiene junto a sí a la Malinche, su manceba indígena, consagrada con el nombre de Doña Marina. A través de ella, Cortés tiende sus redes. Ella, con la comunión de su cuerpo, le da la unción providencial, el contacto íntimo con la tierra por vencer, el secreto del triunfo. A través de ella se establece el trato, la conversación con los caciques indios, enemigos del imperio azteca. Ya se sabe que fueron esos caciques quienes, a inspiración de Cortés, hicieron la conquista”.
Sí, ya se sabe que fueron esos caciques. Y por ellos y por Cortés, y por Malintzin más que por Anacaona –la gallardía de un gesto ni impide, a veces, su esterilidad- Iberoamérica está hoy presente, con su hermoso cortejo de puelbos mestizos.
(de Evangelina Ortega, Redacción composición, La Habana, Pueblo y Educación, 1991).
2- Hacé una segunda lectura, en la vayas marcando al costado de cada frase o párrafo, lo más importante. Utilizá estos signos:
= Ya lo sabía
+ Información nueva e importante
¡! Opinión del autor
¿? No entiendo
3- Marcá con una cruz a cuál de las dos mujeres corresponden estos datos:
Dato Anacaona Malinche
-Muere por rechazar la dominación hispánica.
-Representa el primer lazo amistoso.
-Siente al español como enemigo del querido Coanabé.
-Se anticipó a la realidad que hoy defiende la tradición hispánica.
-Vive y asimila.
-Era una gran señora respetada por su pueblo.
-Pertenece a un grupo indígena poco significativo.
-Su actitud es unificadora.
-Percibe al español como al enemigo del odiado rey.
-Primera mujer que se rebela contra los españoles.
-Rechaza y perece (muere).
-Muestra al conquistador la geografía del territorio.
4- ¿Con cuál de las dos mujeres te sentís más identificado? Justificá tu respuesta con, al menos, dos argumentos.