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Los dueños de la tierra en la Argentina

     La Conquista del Desierto fue la campaña militar realizada por la República Argentina entre 1878 y 1885, emprendida por el Ministro de Guerra, teniente general Julio Argentino Roca, y dos veces presidente del país, por la que se conquistó grandes extensiones de territorio que se encontraban en poder de pueblos originarios mapuche, pampa, ranquel y tehuelche (más la región del Chaco). Se incorporó al control efectivo de la República Argentina una amplia zona de la región pampeana y de la Patagonia (llamada Puelmapu por los mapuches) que hasta ese momento estaba dominada por los pueblos indígenas. Éstos, sometidos, sufrieron la aculturación, la pérdida de sus tierras y su identidad al ser deportados por la fuerza a reservas indias, museos o trasladados para servir como mano de obra forzada a las grandes ciudades, creando en la periferia de las mismas barrios marginales o “villas de emergencia”.

     Tras la sangrienta “Conquista del Desierto” fue tal el escándalo por el vergonzoso reparto de tierras en favor de un grupo reducido de especuladores. Entre los apellidos de los hombres que se quedaron con miles de hectáreas a precios muy baratos se encuentran el nombre de un ex presidente de la Nación (Victorino de la Plaza), de un hermano de Roca (Rudecindo Roca), del padre del aviador Jorge Newbery (Rafael Newbery), y el padre del ex presidente radical Marcelo T. de Alvear (Torcuato de Alvear), por nombrar algunos. La mayoría, casi de modo excluyente, se distinguía por ser amigo del general Roca.

     Veremos en números y cifras, la culminación de una empresa que terminó robusteciendo las riquezas terrenales de unas pocas familias oligárquicas y de raigambre militar, varios de cuyos integrantes han promovido una política agropecuaria liberal y de espaldas a los intereses nacionales, tal los dictámenes de la división internacional del trabajo regido desde su epicentro inglés.

     Ya a principios de 1820 la Ley de Enfiteusis de Rivadavia, aunque teóricamente proponía la distribución racional de la tierra para fomentar la agricultura y una multiplicación de colonos, en la práctica produjo lo contrario. Fueron los grandes terratenientes y hacendados que ya tenían tierras desde la época de la Colonia los que se aprovecharon y 253 personas tomaron en propiedad alrededor de 600 mil hectáreas de tierra.

     La lista de enfiteutas fue encabezada por apellidos terratenientes famosos, como Anchorena, Alvear, Azcuénaga, Alzaga, Rosas, Lacarra, Borrego, Díaz Vélez, Otamendi, Lezica, entre otros. El proyecto de inmigración de Rivadavia fue “naturalmente” saboteado si tenemos en cuenta que la comisión para contratar colonos europeos estaba presidida e integrada por notorios hacendados, como el propio Rosas que con los años le vendió a sus amigos las mejores tierras de la pampa húmeda a precios muy baratos. En la “Campaña al Desierto” de Rosas de 1833 ya se insinúa lo que pasaría con la que realizaría Roca.

     Para 1840 unas 293 personas poseían 1 millón y medio de hectáreas, y según Sarmiento, unos años después, 13 millones de hectáreas, tres veces la superficie de Inglaterra, estaban en manos de 825 propietarios. Con la caída de Rosas no cambia nada y la tierra pública se siguió repartiendo entre los amigos del poder, llegando a la actualidad al año 2020 con la misma lógica.

Actividad:

  1. Busca las palabras o términos que no conoces.
  2. ¿Por qué crees ningún gobierno sea del partido que sea, no se preocupa para que todos los trabajadores tengan acceso a un terreno donde edificar su casa?
  3. ¿Por qué crees que aunque trabajemos todo el día durante años muchos nosotros no podemos acceder a un terreno o vivienda?
  4. ¿Por qué crees que a los jóvenes de hoy les cuesta tanto acceder a un terreno o vivienda y a nuestros padres o abuelos se le resultaba más fácil?
  5. ¿Por qué seguimos confiando y votando a la clase dirigente que no les da oportunidades a los trabajadores para que accedan a una vivienda?

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