07/11/2021
Un cuento
El Gato Flores era un personaje de esos que, si te los encontrás, seguramente algo vas a perder, luego de varios negocios complicados se había dedicado a la compra y venta de autos usados y en ese rubro podía desplegar todas sus capacidades, toda su sabiduría, toda su posibilidad de engañar a las personas en su buena fe. No había posibilidad de que no le fuera mal al que vendiera o comprara un auto con el Gato Flores, el que vendía nunca cobraba el precio acordado, el que compraba siempre tenía que poner mucho más de lo que le había dicho al momento del acuerdo de palabra y tenían que poner mucho más si querían recibir los papeles y completar la posesión.
El Gato era soltero o al menos eso era lo que se sabía de él, algunos decían que había abandonado una familia en otra ciudad o que lo habían corrido sus familiares, de todas formas, no tenía vínculos importantes más allá de los que le duraban un día o a lo sumo una semana antes de que alguna mujer hullera espantada de su vida.
Muchos sabían de sus andanzas en los negocios, pero nadie lo denunciaba ni hablaba de ello, porque cada negocio iba acompañado de una amenaza si el problema se conocía, si señores y señoras, el Gato era un tramposo negociante, un maltratador de mujeres y familia y además era un pesado, muy pesado y también se contaban historias de actuaciones de violencia, siempre eligiendo a una víctima más débil, con los otros no quería tener problemas y no dudaba en hacerse amigo de los tipos fuertes o poderosos.
Cuentan en el pueblo que en una de sus ventas mostró su falta total de escrúpulos para ganarse unos pesos mal habidos. Dice la historia que en las proximidades de su agencia se encontraba un auto de alta gama muy nuevo, que pasaba por ahí el Tito Fernández y se quedó mirando el auto, se le acerca el Gato y le dice que lo tiene para la venta, ese auto costaba en ese momento 6.000 pesos si se quisiera vender, pero el Gato se lo ofreció por 2.000 pesos, Tito que no conocía las mañas del Gato, algo había escuchado pero no las creía, le preguntó si estaba seguro que ese fuera el precio el Gato le explicó que lo vendía barato porque era parte de otro negocio y lo necesitaba vender con urgencia. Tan bueno le pareció el negocio a Tito que inmediatamente le entregó 2.000 pesos, el Gato abrió grande sus ojos y rápidamente llevó el dinero a su bolsillo, le explicó que al otro día le entregaría los papeles del vehículo pero que ya podía llevárselo, el auto tenía las llaves puestas, Tito se subió, lo encendió y lo aceleraba alegremente mientras el Gato se iba del lugar. Aparece corriendo el comisario del lugar, dueño del auto, lo encuentra a Tito, lo saca bruscamente y lo detiene, Tito explica que se lo compró al Gato, el comisario se ríe y le dice que si no se retira inmediatamente lo iba a llevar a la cárcel.
El comisario lo busca al Gato, le pide la mitad, se dan la mano y se despiden satisfechos.
Más tarde el Gato explicaría que Tito perdió 2000 pesos, pero tenía merecido ese mal negocio por haber querido comprar un auto ganando 4000 pesos y esos negocios sólo eran posibles para él, que los 2000 habían sido el precio que pagó Tito por ser deshonesto.
El intendente del lugar, Cárlos Nuñez, había reclamado tierras usurpadas por un poderoso empresario de la ciudad, Joaquín Gorosito, hacía tiempo que se le venía pidiendo el desalojo y fue necesario recurrir a la justicia para ello, luego de un largo y enredado proceso debieron desalojar esas tierras, que eran utilizadas como playas de estacionamiento de un Supermercado y una fábrica del mismo propietario.
Gorosito devolvió las tierras, pero a partir de allí comenzó su campaña contra el intendente Núñez, recurriendo a todas las armas que le daba su poder económico y sin escatimar en métodos perversos.
En los medios de comunicación locales fueron apareciendo denuncias sobre Nuñez, de los más diversos delitos que se nos puedan ocurrir, con una motivación económica no faltaban los voluntarios para hacer una denuncia, para fabricar una escena.
Fue pasando el tiempo, el intendente Núñez era amigo de todos, recorría su pueblo y gobernaba desde cada calle, desde cada casa de vecino, desde cada plaza, era incorruptible y la intendencia no le había traído ninguna mejora económica, ni en lo más mínimo. Pero las denuncias fueron creciendo, nunca hubo posibilidad de aclarar los casos en los medios de comunicación, el empresario Gorosito controlaba todo, a los denunciantes y a los medios que lo publicaban.
Los vecinos y hasta los amigos comenzaron a desconfiar de Nuñez ante tanta denuncia, ante tanta evidencia desarrollada en los medios, poco a poco fue sintiendo que los vecinos ya no lo recibían, ya no se acercaban a saludarlo y también fue abandonado por los miembros de su grupo político que veían que arrimarse a él les quitaba posibilidades en sus carreras políticas.
Tanto había sido socavado el intendente Núñez que Gorosito decide hacer una encuesta para las próximas elecciones y Núñez había quedado muy por debajo de su acompañamiento electoral histórico, sólo le faltaba conseguir un candidato y de esa forma desalojaría a Núñez de la intendencia y recuperaría sus playas de estacionamiento y seguramente mucho más. No era sencillo encontrar un candidato, Gorosito era conocido como un empresario inescrupuloso, que maltrataba a sus empleados, que su Supermercado vendía mercadería de dudosa procedencia, que tenía un grupo mafioso y ninguna calificación positiva que le permitiera conseguir el apoyo del pueblo.
Pero un día los planetas se alinearon y en un boliche nocturno se encontraron Gorosito y el Gato, y fue así que acordó lanzar la candidatura, “Flores intendente, para terminar con la corrupción”.
Con Nuñez atacado por todos lados, con cientos de historias inventadas en su contra, un Gato Flores como pez en el agua para engañar a cualquiera y el poder económico de Gorosito para invertir en la campaña, en poco tiempo el pueblo entero fue engañado y comenzó a ser gobernado por un estafador especialista en compra y venta de autos apoyado por un mafioso y sus pistoleros a sueldo.
Rápidamente se organizó el gran negocio, comenzaron a aparecer emprendimientos de Gorosito en las plazas del pueblo, los vehículos del municipio fueron dados de baja y aparecían a la venta en Automotores The Cat’s Cars, comenzaron a realizarse importantes obras de asfaltado de calles, a cargo de “Gorosito Construcciones Urbanas”, con grandes presupuestos, pero que duraban tres o cuatro meses y se rompían, el sistema de agua del pueblo comenzó a llevar agua sucia al tiempo que se habrían sucursales de “Agua Pura Gorosito” en todos los barrios, el hospital empezó a destruirse y ningún techo caído se levantaba, al tiempo que se inauguraba la Clínica Privada “Gorosmédica salud del pueblo”.
El ex intendente Nuñez comenzó tranquilamente a escribir en un pequeño medio de comunicación de un amigo, el pueblo empezó a sospechar de Flores y Gorosito, leían los informes periodísticos y relacionaban con las cosas que sucedían, después de un tiempo todos descubrieron el engaño, juntaron coraje y comenzaron a movilizarse en contra de las medidas del Gato delincuente, así lo llamaban, el pueblo recuperó la felicidad a pesar del sufrimiento, había nacido una esperanza, había vuelto la esperanza, aquel amigo Carlos Nuñez nunca los había defraudado sino que ellos fueron los responsables del engaño, por no pensar por sus propios medios, por dejarse engañar por el poder económico y comunicacional de Gorosito y entre todos devolvieron a Carlos Nuñez a su intendencia en las nuevas elecciones y prometieron nunca más dejarse engañar por la propaganda mentirosa, por las campañas de mentira. Núñez se terminó yendo de la ciudad, Gorosito debió cerrar su Supermercado porque ya nadie compraba allí, tampoco conseguía trabajadores para su empresa y nadie necesitaba comprar su agua mineral, todo el pueblo acompañó y fue parte del gobierno del amigo intendente Nuñez.
(Víctor Hutt)