01/10/2018
Argentina viene de un gobierno
popular, que en 12 años de mandato generó cientos de avances para la clase
obrera argentina, estableció derechos impensados, trajo progreso en el rol de
Estado en salud y educación, produjo un gran desarrollo industrial, mejoró las
condiciones de vida de los trabajadores, permitió pensar en progreso y no en
ajuste, le faltaron muchas cosas, pero en todos los aspectos populares generó
mejora, progreso, nunca retroceso.
Ese mismo pueblo trabajador, que conoció esa forma de gobierno, esa posibilidad
de administrar un país, votó retroceder, votó a la oligarquía que claramente
vino a producir mejoras para los más ricos a costa de quitar los derechos y el
bienestar alcanzado por la clase obrera, no fue un golpe de Estado, el mismo
pueblo que disfrutó del gobierno anterior y hoy sufre el gobierno oligárquico,
fue el que puso el voto para que así fuera.
Esta lógica política es muy difícil de entender, de digerir, de explicar y
seguramente es policausal, dentro de sus explicaciones no podemos dejar de
valorar el rol de los medios hegemónicos que deforman la realidad, el poder de
la publicidad engañosa, los errores cometidos por el gobierno anterior y el
discurso lleno de mentiras que atrajo el electorado y a muy poco de andar se
visualizaron esas mentiras.
Pero en este momento quiero analizar un aspecto de esa complejidad política y
tratar de echar luz sobre algunas cuestiones no muy visibles. El mensaje de la
oligarquía, que pone en sus cañones comunicaciones y dispara contra el pueblo y
que ese mismo pueblo repite es “se robaron todo” y sobre esto es necesario
hacer algunas consideraciones.
• Que no se puede negar que en el gobierno anterior hubo corrupción, pero que
gran parte de esa corrupción se dio en niveles dirigenciales intermedios, no
habiéndose podido probar fehacientemente que se haya producido en los altos
cargos.
• Que la corrupción del gobierno actual es tremendamente superior, la fuga de
capitales en poco tiempo superó a toda la corrupción posible en los 12 años
anteriores.
• La corrupción del gobierno actual se da en personas ricas, que se han
enriquecido a partir de los robos que el sistema permite, como la explotación
de trabajadores, la bicicleta financiera y esos tipos de robo de guante blanco
y a partir de estos nuevos robos no se hacen ricos, sino que aumentan su
riqueza.
• Los robos que se produjeron en el gobierno anterior, de montos infinitamente
menores, fueron llevados adelante por personas de bajos o medios recursos y a
partir de sus actos de corrupción se transformaron en personas pudientes, lo
que hace que se note el cambio en estilo de vida, en modelos de autos y estilos
de viviendas.
¿Podemos decir que tanto el gobierno anterior como el actual roban de igual
forma? No, esto sería simplificar el análisis y no comprender el problema. El
gobierno actual genera una transferencia de riquezas de las clases trabajadoras
y pequeño burguesas a la oligarquía que es infinitamente mayor a todo tipo de
corrupción en el gobierno anterior y por otro lado, el secreto de la diferencia
está en que el gobierno actual genera las condiciones de transferencia de
riquezas a los más ricos, ese robo de los ricos es la esencia del gobierno
actual, no son hechos aislados, es así como una devaluación de del dólar de $
19 a $ 40 implica un robo a millones de argentinos de tamaño infinito y no
comparable a cualquier otro hecho de corrupción.
Pero sigamos analizando el voto popular, tratemos de entender en que se apoya.
El hecho de del pasaje del dólar de $ 19 a $ 40 y el abultamiento de las
cuentas de los millonarios en base a esta política no es algo que se pueda ver
con sencillez, no es algo que esté frente a los ojos del ciudadano, y muchos
menos si además es ocultado por los medios de comunicación dominados por esos
mismos millonarios, es como que los ricos, dueños de los medios, no salen a
decirnos que nuestra reducción de ingresos fue a engrosar sus cuentas
bancarias.
Y aquí es donde viene la responsabilidad de los lúmpenes proletarios, de los
desclasados, de los mercenarios que formaron parte como cuadros intermedios en
el gobierno anterior, fueron corruptos, mucho menos que los actuales,
considerablemente menos, pero sus actos de corrupción fueron vistos por los
vecinos, sus progresos sin esfuerzo se visualizaron con facilidad, cambiaron
los modelos de autos, mejoraron sus casas y todo ello a la vista de sus
vecinos, esa micro corrupción, incomparable con la actual, pega mucho más
fuerte en la mirada de los ciudadanos que cientos de cuentas offshore en Panamá
y le dan la posibilidad a la oligarquía de generar sus campañas de prensa a
partir de allí. Los bolsos de López tienen monedas si lo comparamos con las
cuentas off shore en Panamá, pero los bolsos son visibles y las cuentas off
shore están escondidas y no se ven sus dólares.
Luego de este pequeño análisis quiero sacar dos conclusiones:
• Que el robo de la oligarquía es infinitamente mayor a la corrupción de los
gobiernos populares, lo que puede verse simplemente al ver los beneficios o
sufrimientos que generan para la clase trabajadora, la pequeña burguesía, los
pequeños empresarios y los pequeños productores rurales.
• Que el pueblo argentino tiene un enemigo histórico y conocido, que es la
oligarquía parasitaria, a esto ya lo sabemos, pero que su principal problema
para avanzar hacia un gobierno de permanente mejora de los sectores que
trabajan son los lúmpenes proletarios que se camuflan en sus gobiernos, que
ocupan lugares de conducción, que repiten las consignas populares, pero solo
dedican su actividad a la corrupción que mejore sus riquezas, que traicionan
los objetivos, que manchan los ideales y que finalmente son los que le dan a la
oligarquía los huecos por donde golpear. Los que roban en las obras, los que
acomodan a sus familiares, los que hacen las cosas mal, los que venden
influencias, los que se quedan con partidas de alimentos o medicamentos, los
que negocian con las compras del Estado, esos no tienen ideales, esos son
peores que la oligarquía y no habrá un camino hacia el establecimiento
definitivo de una política popular hasta que no se los separe de los partidos
populares, de los gobiernos populares, de las organizaciones sociales, de las
organizaciones gremiales. Con ellos se podrá ganar una elección, pero se
perderá el futuro de progreso popular definitivo.