Es momento de inicio de clases, de sueños, de grandes sueños y proyectos, pero lamentablemente los y las docentes tenemos que resignar gran parte de nuestro tiempo a otros problemas.
Nuevamente nos encontramos al inicio del año con una gran incertidumbre respecto de nuestro salario, nuevamente el gobierno provincial no tiene resuelto como solucionar el problema del salario docente, otra vez vemos que no se ha decidido “invertir en educación” para garantizar a los y las maestros y profesores un salario digno.
Comienza el 2022 y seguimos con un salario que se encuentra tremendamente devaluado, alrededor de un 60% del valor de la marca de la línea de la pobreza y este número incluyendo un 10% de montos en negro de Nación y un subsidio a la pobreza del 20% que se denomina Adicional para Mínimo. Si sacamos estos montos el salario testigo es de $ 35.000, que es el sueldo con el cual se construye la carrera docente.
Esta política educativa, porque el salario es parte de la política educativa, acarrea innumerables conflictos en lo inmediato y a mediano y largo plazo.
En lo inmediato trabajadores de la educación que no logran una subsistencia acorde a las necesidades y a las posibilidades económicas de nuestra región, esto acarrea que hoy tengamos que estar pensando en movilizaciones, en paros, en cuanto nos va a descontar el gobernador por los paros que nos obliga a resolver por la falta de respuestas serias en lo educativo y, como consecuencia, resignar los sueños, los proyectos y lo estrictamente pedagógico en esta lucha que acarrea soluciones, pero también nos acarrea problemas innegables.
Pero los problemas a mediano y largo plazo son tremendamente destructivos para nuestro sistema educativo y ese problema que las mentes inmediatistas que nos gobiernan no pueden o no quieren ver es la falta de docentes para nuestras escuelas, falta de docentes que ya se percibe en toda la provincia, pero que nos muestra una tendencia atroz para dentro de 5 o 10 años, nuestras escuelas que necesariamente deben crecer, deben aumentar su matrícula, como lo vienen haciendo, no tendrán docentes para enseñar en ellas y quedarán cargos sin cubrir o se cubrirán con personas que no sean docentes, algo que ya ocurre en la actualidad.
Los discursos políticos hablan de inclusión, de obligatoriedad, de muchos más niños, niñas, jóvenes y adultos en el sistema educativo e incluso hay políticas en ese sentido, pero lamentablemente hoy no se está pensando, desde el gobierno provincial, en cómo garantizar que también haya docentes bien pagos y que en el futuro se garantice la cantidad de docentes necesarios.
Sabemos que hoy el gobernador entrerriano y sus funcionarios están pensando la forma de apretarnos, de amenazarnos, de dividirnos y ofrecer la peor propuesta salarial posible, que no responda a nuestras necesidades, están dando la orden a sus obsecuentes directores departamentales de correr con los descuentos a los trabajadores, están diseñando una costosa estrategia de prensa para convencer al resto de la sociedad de que los trabajadores de la educación tenemos la culpa de todo. Esa es la política educativa real, no la de los discursos, esa política destruye nuestra escuela, esa política hace que los jóvenes que deberían elegir la carrera docente no estén dispuestos a estudiar cuatro años la carrera docente para cobrar un sueldo que no llegará a alcanzar la línea de la pobreza ni siquiera al final de sus carreras.
Desde el gobierno se reivindica que los aumentos del 2021 hayan igualado la inflación, sencillamente estamos reclamando que esa misma reivindicación se asegure para 2022 y se recuperen los años en los cuales no se cumplió, que se nos devuelva el salario perdido por aumentos menores a la inflación.
Hoy no queremos estas sucias estrategias políticas de dilación de los tiempos, de aprietes y mentiras para “desinvertir en educación”, hoy necesitamos una oferta salarial que reconozca la tarea docente e invite a los jóvenes a elegir esta carrera que forma parte de la construcción de una Nación y del Ser Nacional y que construya el futuro entrerriano.
Víctor Hutt
