1)EDITORIAL: Redistribución de la riqueza

Año III. Nº 25 Segunda semana de Agosto 2006 – Revista la Hoja, AGMER Uruguay

En un país donde abunda la riqueza, donde todo el tiempo nos hablan del superávit fiscal y de record de recaudación, la mitad de los niños son pobres y la mitad de los pobres son niños, el 59 % de los indigentes son menores, es decir que en este país rico hay casi tres millones de menores que viven en la indigencia y nueve millones son pobres.

El 10 % más rico de la población se apropia del 36,4 % del total d ingresos; mientras que el 10 % mas pobre apenas recibe el 1,3 %.

El grupo de las 10 empresas de mayor venta tiene una ganancia promedio de 2.000 pesos por minuto. Todas estas empresas son privadas, en su mayoría extranjeras, recién encontramos en el puesto 21 a una empresa estatal, la Lotería Nacional.

En este cuadro de situación está más vigente que nunca la consigna de la CTA, “urgente redistribución de la riqueza”.

En nuestra provincia sucede lo mismo que a nivel nacional, con inmensas poblaciones sumergidas en la más cruda indigencia, mientras que vemos como aumenta la riqueza en otros sectores. Pero como provincia tenemos otra situación que hace más injusta la distribución. Todos los impuestos que se pagan en la provincia son enviados a la Nación, y luego, de acuerdo a la perversa coparticipación federal, solo el 26 % es entregado a la provincia.

Con esa pequeña porción de la riqueza se debe elaborar el presupuesto provincial, y de allí se elabora el presupuesto para educación.

Hoy los docentes entrerrianos estamos exigiendo una verdadera recomposición salarial y una urgente solución a los problemas de infraestructura y la respuesta es que no hay más presupuesto, que se debe respetar la ley de responsabilidad fiscal, y de acuerdo a este sistema de reparto de la riqueza, es verdad que no hay, que con este presupuesto no se pueden recomponer los salarios a niveles aceptables, donde los mínimos están por debajo de la línea de pobreza y los demás sufren una tremenda y perversa deformación por el achatamiento producido en estos últimos años.

Pero nosotros consideramos que es justa y necesaria una recomposición salarial y una fuerte inversión en infraestructura, y también consideramos que en un país rico no se puede aceptar que tres millones de menores de 18 años vivan en la indigencia y que esos mismos niños tienen en la escuela pública su única posibilidad de construir un futuro digno.

Por todo esto, para lograr todos estos objetivos, es necesario que tomemos la decisión de dar una batalla cada vez más fuerte por el presupuesto educativo provincial, por la distribución de las recaudaciones del gobierno nacional y fundamentalmente por la redistribución de la riqueza.

A esta batalla la tenemos que dar nosotros, los trabajadores, dado que nuestros políticos se encuentran ocupados en otras batallas, que nos muestran cuáles son sus intereses más importantes y que son capaces de entregar la coparticipación federal, por algún cargo que les reditúe a nivel personal.

Víctor Hugo Hutt, prosecretario de Prensa, AGMER Uruguay

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